Talleres de Constelaciones
Asistir a un Taller de Nuevas Constelaciones es una experiencia única y transformadora, las comprensiones que en él se ofrecen no dejan indiferente.
Un taller de constelaciones es un campo de energía en el que todos los participantes son tomados por las fuerzas de sanación que se despliegan en la constelación. Al entrar en sintonía con estas fuerzas, se abre un campo de sanación que abarca por resonancia a todos los participantes, independientemente de que hagan su constelación o asistan como representantes.
¿Cómo puedo asistir un taller de constelaciones?
Se puede participar de dos formas:
- Realizando la propia constelación.
- Como representante en las constelaciones de otros asistentes.
En caso de asistir como representante, es decir para observar y participar en las constelaciones que se realicen en el taller, es posible que el constelador o la persona que constela le requiera para representar algún miembro de la familia o elemento de la constelación.
Participar en un taller de constelaciones, aunque no se haga la propia constelación, es sumamente sanador y didáctico. Además de sanación por resonancia, el participante recibe nuevas comprensiones sobre sí mismo, situaciones de su vida o desórdenes en su sistema familiar y cómo abordarlos.
¿Cómo hago mi constelación?
Se debe exponer el problema de la forma más clara y concisa posible. El constelador no necesita explicaciones extensas ni descripciones de las personas que puedan tener relación con el asunto a tratar. El constelador puede hacer alguna pregunta si lo necesita para aclarar algo o conocer algún detalle sobre el sistema familiar del cliente.
A continuación, de entre los asistentes, se elige a quienes representarán a las personas o elementos implicados en el problema.
La persona que constela ha de estar en un estado de apertura a lo que la constelación muestra, no emitiendo ninguna opinión ni juicio, ni dando al constelador información que no haya solicitado. La actitud ha de ser de recogimiento y atención.
Cada constelación es diferente y no hay una mejor que otra, la energía del campo trae a cada persona lo que necesita y puede asimilar en ese momento. El constelador es un mero conductor al servicio del movimiento que se está dando y no puede ni debe forzar este movimiento hacia ningún resultado.
Después de constelar hemos de estar recogidos, asimilando lo que la constelación nos ha ofrecido. No debemos hablar de la constelación ya que puede dar lugar a interpretaciones por parte de terceros que interfieran en el movimiento sanador. Es mejor estar en ambiente positivo y tranquilo con personas que nos apoyen y entiendan nuestro silencio.
Actitud de los participantes
Los participantes han de permanecer en un estado de recogimiento y serenidad.
Cuando se solicita la participación en una constelación como representante, la persona debe permanecer en un estado de presencia y recogimiento, muy atento a sus sensaciones corporales que le indicarán qué debe hacer, procurando no estar en su mente ni interpretar lo que se está desarrollando en la constelación, de esta forma percibirá sensaciones, irá adoptando lentamente posturas, actitudes y sentimientos que puede expresar si el facilitador lo solicita. Se crea así una imagen del conflicto que saca a la luz las dinámicas ocultas que lo están ocasionando.
Esta imágen irá evolucionando hacia un movimiento sanador que vendrá dado siempre por el «campo» creado y el asentimiento a lo que se está desarrollando es fundamental.
Por respeto y agradecimiento a las personas que han constelado y a sus sistemas familiares que han hecho posible el taller, ofreciendo a tod@s la oportunidad de sanar, no se debe hablar con otras personas de lo que se ha sentido, o contar las constelaciones a personas ajenas al taller. El ambiente que se crea en el grupo debe ser de absoluta confidencialidad.